Sida: poner fin a la epidemia en 2030
En junio de 1981, en Estados Unidos y concretamente en la ciudad de Los Ángeles, fueron diagnosticados los cinco primeros casos de lo que después se conocería como sida. Desde aquellos días de miedo y discriminación, donde el sida era sinónimo de muerte se ha pasado, con mucho sacrificio y esfuerzo, a convertir el sida en una epidemia a la que se pretende poner fin para el año 2030.
Con 76,1 millones de personas que han contraído el sida desde el principio de la epidemia y 35 millones de fallecidos desde entonces, se llega a un nuevo día 1 de diciembre, día mundial del sida, con nuevas esperanzas y también con la reivindicación de garantizar el derecho a la salud y a una vida sana de los enfermos.
¿Por qué este año, la campaña del día Mundial del Sida se centrará en el derecho a la salud? Porque es un derecho fundamental para todas las personas. Y porque es algo significativo que cada vez más personas con sida tienen acceso a los tratamientos antirretrovíricos. Si en el año 2000, solo 685.000 personas tenían acceso a estos tratamientos, hoy 20,9 millones de personas tienen acceso a esos medicamentos vitales, según ONUSIDA.
Son buenas noticias. Pero hay que seguir haciendo hincapié en la prevención, porque anualmente se producen 1,8 millones de nuevas infecciones, y en 2016 un millón de personas fallecieron a causa de enfermedades relacionadas con el sida. Una prevención, que pasa por la información, pero también por la formación para acabar con la discriminación que en algunos lugares del mundo se produce en los centros sanitarios con estos enfermos.
Actualmente, en España hay en torno a 140.000 personas con sida y la tasa global de nuevos diagnósticos está en niveles similares a los de otros países de la Región Europea de la OMS. Sin embargo, aunque la mejora respecto a décadas pasadas es indudable, la tasa es superior a la media de la Unión Europea y de los países de Europa Occidental.
Por este motivo, es preciso que la prevención y la atención a los enfermos sea uno de los objetivos fundamentales del sistema de salud en España. Con dos premisas. La primera, reforzar la prevención en los grupos de población especialmente vulnerables y en aquellos con mayor riesgo de infección. Y la segunda, diversificando y adaptando la prevención y la acción a las necesidades de un colectivo que social y culturalmente es muy heterogéneo.
La prevención no se puede separar de la concienciación. En España, hay que aumentar la conciencia de toda la población frente al sida, para que todo el mundo tenga presente en su vida diaria que cualquiera que realiza prácticas de riesgo es vulnerable al sida. Y junto a esto, que si se ha realizado alguna práctica de riesgo, es básico hacerse la prueba del sida, que en nuestro país es gratuita y confidencial.
Esto último, tiene gran importancia, porque es trascendental diagnosticar la infección lo antes posible, para tratarla y evitar nuevos contagios involuntarios. Y porque casi el 50 por ciento de las personas diagnosticadas de infección por primera vez en 2014 presentaba diagnóstico tardío.
Por último, no hay que olvidar que hay que contar con recursos suficientes y constantes. Junto con una mayor y mejor coordinación entra las distintas Comunidades Autonómicas y el gobierno central para que todos los ciudadanos sean tratados igual en cualquier lugar de España.
Junto al compromiso de los Estados incidiendo en la prevención y en la acción en sus sistemas sanitarios, también es posible y muy conveniente que los ciudadanos apoyemos esta causa. Según, ONUSIDA, cada dólar invertido en servicios de IVH tiene un retorno de inversión de 8 dólares. Además, es conveniente conocer que con 113 dólares se costea la terapia antorretoviral de primera línea para un niño durante un año. Con 75 dólares, el régimen de tratamiento con una sola píldora que contiene dolutegravir (DTG) para una persona durante un año. Con 7 dólares, se costea un test de sida. Pequeñas cantidades que pueden salvar y mejorar muchas vidas.
El siete de noviembre de 1991, Magic Johson, una de las mayores leyendas del baloncesto mundial, anunció en rueda de prensa que tenía sida y se retiraba de la práctica del baloncesto profesional. Han pasado veintiséis años desde aquel día, pero es bueno recordar parte de sus declaraciones porque todavía hoy están vigentes: “A veces uno no da importancia a las noticias en este sentido y piensa que nunca le va a ocurrir a él. Crees que solamente le sucede a los homosexuales y jamás a uno mismo… Le puede suceder a cualquiera. Que le ha sucedido a Magic Johnson. Todo el mundo debe estar avisado y tener cuidado”.
*Nota de Óscar Iglesias Fernández publicada originalmente en http://diario16.com/